Madres plenas hijos felices

Como mamá, muchas veces me he detenido a pensar si me siento plena ejerciendo esta gran responsabilidad y la respuesta, para ser muy sincera, ha variado con el paso del tiempo. En mi caso en particular, a pesar de mi formación profesional, inicié asumiendo esta etapa maravillosa de la vida llena de ilusión y felicidad, pero al mismo tiempo, con grandes inseguridades, dudas y temores.

Al inicio, lastimosamente, debí luchar con una fuerte depresión posparto, la cual generó una tristeza interna que me arrastraba hacia la infelicidad, lo que hizo que conscientemente iniciara una lucha entre mis pensamientos racionales e irracionales, y felizmente debo decir que la razón quedó como vencedora.

Madre plena hijos felices

Luego, al tener que equilibrar mi vida laborar con la crianza de mis hijos, y salir de casa dejando a los chicos llorando porque mamá no estaba con ellos, hizo que muchas veces no me sintiera satisfecha. Además, el tener que lidiar con grandes retos como establecer disciplina, la falta de interés hacia alguna tarea en particular, el desorden, la alimentación, el uso de la tecnología y muchas preguntas más, también en ocasiones me han hecho sentir poco feliz o plena.

Con el paso de los años todas estas experiencias han ido sumando y me han llevado a crecer como persona y como madre, pero en particular me han hecho decidir convertirme en una madre intencionada, aquella que realmente sabe qué es lo que desea lograr en su rol como madre y que entiende que todo lo que ella hace, o deja de hacer, influye tanto positiva como negativamente en la vida de sus hijos.

Es así como en este momento, descubro que la respuesta a mi pregunta es cada vez más clara y determinante: me siento una madre plena. Con esto no quiero decir que ya lo he alcanzado todo, sino más bien que cada día me comprometo conmigo misma por mantenerme y sentirme así con el paso del tiempo.

¿Por qué es importante sentirse plena?

Debemos comprender que vivir en plenitud significa sentirse completo, lleno, con significado y feliz. Además, esto nos conduce a tener que aclarar que, ser una madre plena no significa ausencia de problemas, tristeza, preguntas sin respuesta y adversidades, sino que, si decidimos asumir la plenitud como una constante en nuestra vida, la motivación debe estar centrada en el deseo de crecer, aprender y mejorar ante cada cosa que como madres tendremos que experimentar.

Es así como poco a poco, nuestra percepción de la vida irá cambiando y a pesar de cualquier suceso, nos sentiremos completas, llenas, satisfechas y felices ejerciendo nuestro rol como madres.

Como madre descubrí, que soy modelo para la vida de mis hijos y que, mi estima y valoración personal, el control de mis emociones y la percepción que tengo de la vida, influyen en gran manera en la vida de mis hijos. Sin lugar a duda, una madre que se conoce, se acepta, se ama, se valora, se sabe completa y feliz trasmite esas virtudes a sus hijos y les inspira a vivir la vida de la misma manera.

La influencia que tenemos en la vida de nuestros hijos influye directamente en el desarrollo de su personalidad, su estima personal, la manera en que se relacionan con otros y cómo conducen sus emociones.

En el modelaje hacia nuestros hijos nuestras palabras juegan un papel importante pero son nuestras acciones las que hacen realmente la diferencia. Por esto se hace fundamental que nuestro discurso sea congruente con nuestro actuar, que no solamente nos preocupemos por decirles a nuestros hijos que se amen y se valoren a ellos mismos, sino que, ese mensaje debe ser transmitido a partir de nuestra propia realidad como madres, por sentirnos seguras de nosotras mismas, satisfechas y completas.

Son las madres que se saben plenas las que entienden que su satisfacción personal tiene una gran relación en cómo su hijo enfrenta la vida, los retos, las dificultades y las oportunidades.

¿Cómo lograr la plenitud?

 

1. Edifique sobre las fortalezas

El decidir vivir edificando sobre nuestras fortalezas le da un rumbo claro a nuestra vida, ya que define con claridad los insumos con los que contamos para hacer lo que deseamos hacer. Las madres que saben con claridad en qué cosas son buenas, proyectan en sus hijos confianza, y además tienen un gran sentido de satisfacción por los logros alcanzados, inspirando a sus hijos a hacer lo mismo.

Identifique y valore sus fortalezas, así se podrá enfocar en edificar, y hacer crecer aquellas cosas que le llenan de satisfacción.

Lastimosamente, muchas mujeres somos expertas en señalar lo malo, incluso la cultura nos anima a hacerlo, por lo que, debemos esforzarnos por descubrir y disfrutar nuestras áreas fuertes, y aceptar aquellas en las que debemos trabajar para mejorar.

2 Acepte que existen obstáculos

Mi hijo Elías a sus 4 años de edad, adoptó la expresión; “La vida es así”, y esto que posiblemente había escuchado de muchas personas y en muchas circunstancias, marcó una diferencia en mi vida cuando se lo escuché a él, ya que me hizo entender que a pesar de que uno como mamá no desea que algo malo suceda en la vida de sus hijos, siempre van a existir obstáculos que ellos deberán enfrentar y esto sobrepasa completamente nuestro control.

Como madres plenas, felices y realizadas, debemos de esforzarnos por ser optimistas y buscar constantemente la realización en las cosas que hacemos, pero sin dejar de lado la realidad. Cuando nos proponemos lograr grandes cosas en nuestra vida y en la de nuestros hijos, debemos estar consientes que los obstáculos que encontraremos en el camino son inevitables, pero que al enfrentarlos, modelará en ellos carácter, determinación y valentía, actitudes que deseamos que ellos también logren conquistar.

3 Recargue su energía

Como madres nuestro mayor esfuerzo se centra en educar a los hijos para el futuro, para que lleguen a ser personas de bien, realizadas, felices y equipadas para la vida. Todo lo anterior son motivaciones muy valiosas, pero en el camino para lograr cada una de ellas, olvidamos que debemos de invertir tiempo en nosotras mismas, ya que nuestra vida está llena de matices que nos hacen también sentirnos plenas y la maternidad siendo muy importante, es solo una de ellas.

La labor que desempeñamos es agotadora y desgastante, y para lograr sentirnos felices y satisfechas es importante, en la medida de nuestras posibilidades, tener espacios en los que podamos renovar fuerzas, desconectarnos de las múltiples ocupaciones por unos instantes y hacer alguna actividad que nos llene de energía. Salir a caminar, compartir con una amiga, pasar tiempo a solas para descansar o meditar, en fin, cualquier actividad que nos satisfaga y que nos ayude a mantener ese equilibrio emocional que se requiere.

Las madres que logran tener ese balance entre su vida personal y familiar, enseñan a sus hijos a comprender que ser una persona plena va mas allá de la dedicación a una sola área en la vida. Nos sentimos realmente felices al ser personas realizadas integralmente, es decir siendo madres, esposas, amigas, mujeres, etc.; y en cada uno de estos roles se requiere que invirtamos tiempo y esfuerzo para lograr alcanzar el bienestar deseado.

Por eso le sugiero:

  • Haga ejercicios
  • Aliméntese bien
  • Procure descansar
  • Salga con sus amigas
  • Lea buenos libros
  • Sonría
  • Sea agradecida
  • Solicite ayuda cuando la necesite

4 Disfrute el viaje

Ser madre es una característica que nos acompañará para siempre, por lo que el disfrute de este rol es fundamental sin importar en la etapa en la que nos encontremos. Cada actividad, cada momento, cada uno de los espacios que tenemos para influir en la vida de nuestros hijos, son únicos e irrepetibles, es por esto que debemos de disponernos a disfrutar a plenitud cada uno de ellos.

Cuando nos disponemos a disfrutar encontramos un sentido diferente en las cosas que hacemos, porque nuestra actitud frente a cada actividad tiene un acercamiento diferente, basado en encontrar en cada oportunidad el gozo y la satisfacción.

Disfrutar del viaje impacta la vida de nuestros hijos ya que les enseñamos a hacer lo mismo con su propia vida, a asumir cada momento y cada etapa como una oportunidad valiosa por la cual estar agradecidos.

¿Por qué es importante encontrar la plenitud?

“Madres felices crían hijos felices”, cuando escuché este enunciado por primera vez, vino a mi mente de inmediato la pregunta: ¿Cómo me verán mis hijos?, ¿Me verán como una mamá feliz? Al tratar de contestar estas preguntas descubrí que antes de entender cómo me percibían mis hijos debía de encontrar la respuesta en mi propio ser interior: ¿Soy realmente feliz?, ¿Me siento plena como mujer? Así comprendí que mi respuesta inicia, no en mis hijos y en lo que ellos ven en mí, sino en primer lugar, debo de volver la mirada hacia mí misma y a cada una de las cosas que me convierten en la persona que soy. Debo fundamentalmente descubrir mi valor personal y amarme.

La primera persona que se ve beneficiada en la búsqueda de la plenitud somos nosotras mismas, porque experimentaremos la satisfacción de vivir cada momento sintiéndonos llenas y satisfechas al esforzarnos en ser cada día más felices.

Nuestros hijos, e incluso nuestra pareja, son los segundos beneficiados. Vivir al lado de una madre que se sabe completa y plena favorece un ambiente de paz, potencia las relaciones saludables, aporta al establecimiento de vínculos fuertes y estimula a la valoración personal y al fortalecimiento de la estima.

Ser una madre feliz y plena trae grandes beneficios, los cuales se disfrutan desde el momento en que se inicia el camino y se intensifican en el tanto permanecemos firmes en la construcción de la felicidad personal y al mismo tiempo en la de nuestros hijos y nuestra familia.

Este Articulo de ejemplo ha sido tomado de la página  Enfoque a la Familia. Pueden leer el artículo original Aqui

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